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EMDR: Una terapia revolucionaria

Si estás pensando en acudir al psicólogo debes saber que existen diferentes tipos de terapias o enfoques psicológicos.

La terapia EMDR es uno de estos abordajes psicológicos, recomendada por la OMS, es sumamente efectiva y revolucionaria y con resultados confirmados por la evidencia científica para curar diferentes problemáticas psicológicas.

Recientemente han sido muchos los famosos que han normalizado la importancia de la salud mental y han visibilizado EMDR. El príncipe Harry o Sandra Bullock, entre otros, trasmiten su experiencia en el tratamiento EMDR en varios medios.

¿Qué es EMDR?

EMDR responde a las siglas en español: “Desensibilización y Reprocesamiento mediante Movimientos Oculares”. Nace en 1987 de la mano de Francine Shapiro en Estados Unidos.

La terapia EMDR no es una técnica sino todo un abordaje que en sí mismo que integra diferentes marcos teóricos de la psicología como el psicoanálisis, sistémica, apego, humanista, neurociencia o cognitivo conductual entre otros.

¿En qué consiste el EMDR?

Los seres humanos contamos con un sistema de procesamiento sano, nacemos con él, es sumamente eficaz, y está programado para procesar las situaciones que nos ocurren.

Es el sistema de procesamiento adaptativo de la información: PAI, supone una guía para la salud mental y es con el que procesamos, sin ser conscientes, de forma natural y sana las situaciones de la vida que vamos experimentando. Estas situaciones o experiencias se integran, se metabolizan sin ser conscientes de ello y no nos perturban.

Ocurre de forma natural, el cerebro procesa solo, y las situaciones ya no causan emociones perturbadoras.

Si algo nos molesta, pensamos en ello, soñamos con ello, hablamos de ello y pronto pasa el tiempo y deja de molestarnos.

Puede ser por ejemplo que nos acostemos muy enfadados por algo y que al despertamos no le demos demasiada importancia.

¿Qué ha pasado? Nuestro cerebro ha podido procesar e integrar esta situación, la ha comparado con otros muchos aprendizajes y llega a una resolución adaptativa extrayendo una creencia, una emoción o varias y sensaciones corporales adaptativas.

Ha sido guardado lo útil, junto a la emoción apropiada y esto nos puede servir en nuestro aprendizaje, lo no útil, las creencias negativas no son funcionales y es mejor dejarlas ir.

Pero, en algunas ocasiones altamente impactantes, muy estresantes, desde un cerebro con exceso de algunos neurotransmisores como cortisol, este sistema de procesamiento se bloquea y la información queda atrapada en nuestro sistema nervioso.

Se almacenan en el cerebro en una red de memoria aislada de la red genérica y esto impide que se produzca el aprendizaje.

Esta información se almacena en el cerebro del mismo modo que entra. Dicha información se encuentra encapsulada en una red neural, sumamente constreñida por el nivel elevado de sentimientos, emociones disfuncionales y las mismas sensaciones físicas que se experimentaron durante el suceso original, y no cambian con el paso del tiempo.

El material antiguo sigue activándose una y otra vez, con las mismas emociones, imágenes, pensamientos y sensaciones corporales que se experimentaron en el suceso original, y causan la sintomatología actual, junto con los mecanismos que se usaron en un intento de adaptación al medio.

Es por esto que la persona vuelve a revivirlo y su cuerpo reacciona con las mismas emociones, el mismo tipo de pensamientos.

El pasado sigue vivo en el presente y esto nos indica que está guardado de forma disfuncional, de forma aislada. Esta información no cambia, y no lo hace porque está desconectada del resto de información, de la red genérica; es una red aislada.

De cada experiencia extraemos sobre nosotros mismos una creencia, unas emociones y sensaciones corporales, y el cuerpo guarda esta memoria. El cuerpo no miente jamás.

Estas experiencias del pasado no procesadas se almacenan en una red encapsulada con esta información en forma de creencias disfuncionales, sensaciones corporales, pensamientos… guían nuestra conducta y son las que generan o causan la sintomatología actual del presente.

Tratamiento EMDR

Los movimientos oculares en que se basa el tratamiento EMDR, parecen abrir el sistema nervioso y permitir que el cerebro procese la experiencia. Permiten que el cerebro haga lo que no pudo hacer en aquel momento.

Mediante EMDR ayudamos al cerebro a metabolizar, procesar e integrar lo que aún queda de perturbador.

Es nuestro propio sistema de procesamiento natural el que se activa y la persona quien en todo momento controla el proceso. Es el cerebro del paciente quien realiza la cura. El cerebro encuentra estrategias reparadoras, empieza el nivel de consciencia y el insight, puede ser una experiencia cognitiva como por ejemplo me pegaban porque no sabían hacer otra cosa, o una experiencia corporal donde se descarga el estrés almacenado en el cuerpo o ambas o que una lleve a la otra.

A medida que procesamos el cuerpo y la mente quedan libres de perturbación. Esta información antes dentro, atascada y bloqueada en la red pasa a liberarse y a quedar en el pasado, colocada funcional y adaptativamente, ya que se integra en la red de memoria de forma funcional.

Al igual que el cerebro madura de abajo a arriba, el trauma también se produce en la línea de la maduración, y trabaja en el mismo sentido.

El terapeuta EMDR trabaja con el paciente a lo largo de ocho fases perfectamente protocolizadas. La conceptualización del caso es exhaustiva y fundamental en el proceso. La terapia EMDR es mucho más que estimulación bilateral.

Modalidades de estimulación bilateral

1.- Modalidad Visual: el paciente mueve los ojos de un lado al otro guiado por el terapeuta.

2.- Modalidad Auditiva: el paciente escucha sonidos alternados en ambos oídos.

3.- Modalidad Táctil: el terapeuta golpea suavemente y de forma alternada las manos o rodillas del paciente.

Las ocho fases del EMDR:

1.- FASE 1: Historia del paciente

2.- FASE 2: Preparación

3.- FASE 3: Evaluación

4.- FASE 4: Desensibilización

5.- FASE 5: Instalación

6.- FASE 6: Examen Corporal

7.- FASE 7: Cierre

8.- FASE 8: Reevaluación.

Es muy importante recordar que el terapeuta EMDR debe ser psicólogo sanitario o médico. La formación que requiere este abordaje es larga, muy exigente y requiere mucha preparación y estudio. Si estas interesado en recibir terapia EMDR asegúrate que tu terapeuta disponga de formación acreditada oficialmente, como los del equipo de Clínica Clipsa.

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